viernes, 1 de mayo de 2015

Hace más de 2.500 años


Dicen que no hay nada nuevo bajo el Sol y básicamente es cierto.

Algunos hombres a lo largo de nuestra historia, buscaban el bien que podemos hacer y no el mal, que es a lo que le damos rienda suelta, religiones incluidas.

No parece muy típico, ya que estas imágenes que ilustra esta página tienen de 100 a 500 años entre unos y otros. cada uno aporta una manera de ver la vida, le llaman filosofía.

Haciendo un resumen, vienen a decir: Vive sin hacer lo que no quisieras que te hagan. Vive y deja vivir.

Todos denunciaban a los poderosos, a los corruptos, a los que ocultan su ruindad tras la máscara de su túnica o su smoking.

Hace 2.500 años ya había utilización del poder, corrupción y cuando la cosa se desmadraba mucho, una guerra, con su correspondiente cambio de oportunistas.

No me extraña que en pleno día Diógenes de Sinope, buscara con su candil a un hombre, uno bueno. Prefería la compañía de los perros a la de los hombres.

En todo ese tiempo, no hemos sido capaces de aprender nada, ni de conseguir nada. estamos como al principio, la mayoría dominada por una despótica minoría.

¿Va a exigir que quienes nos representen cumplan su cometido. Que dejen de haber leyes diferentes para algunos, que los salarios y condiciones las pongan los españoles y no ellos mismos?

¿Va a usar su voto para dejar clara su postura o van a hacer lo siempre?

Somos culpables de permitir que nos traten como esclavos. Han cambiado las cadenas por impuestos, trabajos precarios, hipotecas y todo eso que necesitamos para ser felices. El coche, la casa, los viajes, joyas y todo aquello que nos esclavizará para poder conseguirlo, sin ser felices nunca, porque no tendremos tiempo más que para trabajar.

Volviendo a Diógenes ¿Le diría a su jefe, a su presidente o al magnate de turno lo que piensa, lo que quiere de verdad?
Carlomagno, el hombre más poderoso del mundo, quiso conocerle.
Le ofreció lo que quisiera. Diógenes le pidió -Apartate, me estas tapando el Sol.

Estoy seguro que será responsable con su voto. que lo meditará, que se informará y que actuará con la honradez con la que nos juzgamos a nosotros mismos...

Es decir

No cambiará nada. Nada nuevo bajo el Sol. 

Solo redecoradas las cadenas y condicionada nuestra mente para creernos libres. 
Eso si, ahora matamos mucho mejor que antes.

Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro.


sábado, 14 de marzo de 2015

¿ Competencia o competente ?


La interpretación de competencia nada tiene que ver entre lo que es y lo que se hace comúnmente.

No siempre el que más hace es competente. Muy común en el mundo de la venta, donde no prima las bases de veracidad y satisfacción del cliente, premiada muchas veces por las empresas de tan baja moral como el mal vendedor.

Asimismo, en la política, nos encontramos con una incompetencia hacia el objetivo del cargo y la misma competitividad que el mal vendedor.

Un mundo sostenible no va a llegar en una carrera por ser el primero, sino en una cadena que lleve todos sus eslabones en la misma dirección y a buen término.

La cadena será tan fuerte como su eslabón más débil, por eso una descompensación grande entre un eslabón y otro producirá la ruptura.

El equilibrio es, la mejor opción. 

¿Volverá a comprar a un vendedor/político que le ha mentido?
¿Volverá a comprar una marca/partido que le ha decepcionado?

Es más necesario saber elegir, que dejarse convencer por cualquiera.

Hemos olvidado que debemos exigir, que el producto/promesas cumplan con lo que aceptamos

Nunca crea a un mentiroso. Equivocarse es humano, pero llevar premeditadamente al equívoco no tiene ese calificativo.

viernes, 13 de marzo de 2015

Ver, oir y ¿callar?

Paseábamos el perro y yo por el parque. El griterío de los niños había cesado. Las clases de formación mínima e ineficientes habían comenzado.

Frente al parque, en la esquina, hay un bar donde normalmente se sientan los padres de los niños del colegio que hay justo al lado del parque. Mientras sus hijos corretean salvajes, sus progenitores toman algo entre risas y discusiones, ajenas al cruzar de las calles sin mirar con el patinete o el balón, riñas o palabras más grandes que ellos.
Pero eso sería mas tarde. A esas horas de la mañana un grupo de gente mayor hablaban sobre política, en esa voz alta que delata su falta de audición o de razón. Les parece que decir las cosas más fuerte las convierte en mas convincentes o veraces.

Intentaba relajarme con mi amigo, el perro, disfrutando de la calidez del sol, las viejas encinas y el resurgir de arbustos aparentemente secos de los que asomaban brotes que anuncian el fin del invierno y de su letargo.

No atendía el palabreo que venía de la terraza del bar, pero una frase me llamó fuertemente la atención. Alguien, con una dicción que denotaba cierta carencia, le decía a otro que hablaba en voz más alta, que el día de las elecciones, le dijese a quien debía votar, porque el, de política no sabía.

Me entristecí mucho ante ese comentario, casi tanto como me irritó oír el gran lujo de detalles de personajes del balompié  en el que aparentemente era un experto, ese mismo hombre que dijo no saber de política.
Hablaban de Podemos, diciendo cosas que no aparecen entre las que publica el partido. Otro de ellos, aseguraba seguir votando al PP. Su aspecto y vestimenta no indicaba ser una de las personas con intereses que se beneficien de tal convicción. Pero momentos mas tarde una perorata sobre siglas, ideologías confundidas y trasnochadas, me hicieron perder rápidamente la atención, en beneficio de volver la mirada a mi compañero, el perro que me devolvió la mirada, con una sonrisa adivinada y una alegre despreocupación por todo aquello.

Las voces cambiaron de nuevo al tema del fútbol, donde los desencuentros eran más intensos que en el tema anterior.

Volví la vista de nuevo al perro, que olisqueaba algo interesante y tiraba de mi para seguirlo, tal vez para apartarme de allí. 

Intenté volver a disfrutar de la calidez del Sol y de la compañía de mi amigo, pero las negras nubes que se forman en mi pensamiento, sobre lo que cambiará las próximas elecciones solo tuvo el resultado positivo de recordarme que pronto he de cambiar el collar al perro para evitar los parásitos.

lunes, 9 de febrero de 2015

Peligro. Personas sueltas.


Con una imagen de cabecera como esta y la indignación generalizada, es difícil exponer nada que sorprenda y esto me pone en alerta, porque se suma a esas imágenes que vemos en la tele de personas cortando cabezas, masacrando o cometiendo actos con repercusiones mayores, que pasan a lo cotidiano que se vuelve invisible e insensible.

Hablar de corruptos, ladrones, hacedores de leyes en beneficio propio, manipuladores, dictadores disfrazados, libertador de confesos y convictos, estranguladores del pueblo, es algo que ya está en boca de todos.

Pero si hay algo mas infinito que el espacio, es la estupidez humana.

¿Se preocuparán mínimamente en meditar, consultar lo que implica elegir nuestro voto?

Esta vez creo que no hay que mirarse tanto al ombligo y mirar algo que no solo nos ataña a nosotros como especie.

Dudaba si el símbolo de cabecera debía ser este o este otro


No solo hemos perdido mucho por los que muchos murieron. Estamos matando, entre todos, nuestro propio planeta. Unos, enriqueciéndose de recursos naturales, otros destruyéndolos y los demás pagando por los productos que originan este demencial camino que ha emprendido la sociedad.

Ya no son las refinerías, el aceite de palma, los diamantes de sangre, o cualquiera de las actividades en los que siempre está metida nuestra "raza"

El hombre también quiere que no crezcan plantas en sus preciosas carreteras. Nos molestan las abejas que se acercan a nuestras flores cautivas
Matamos (Si, matamos porque están vivos) millones de árboles, no solo liberando su carbono, sino para plantar algo que nos de un dinero que nunca reparará el daño causado pero si lo aumentará.


Ahora pretendemos multar a los "perros peligrosos" que sus dueños dejen sueltos.

¿Nos creemos una raza superior, y somos incapaces de entender a un animal?

El perro, también llamado, el mejor amigo del hombre, pero nunca al contrario, se adaptó a nuestras necesidades y nos mantuvo durante miles de años. Ahora convertidos para otros usos, nos molesta su simple existencia, como lo hacen los animales que logran escapar del fuego o de la destrucción y apropiación, siempre indebida, de sus habitat.

Hace algunos años, los perros andaban sueltos por las calles, y les aseguro que tenían muchas menos peleas entre ellos que entre nosotros mismos.

Excepto en los raros casos de rabia, o de alteraciones inducidas por el hombre, el perro no ataca al hombre. Nosotros si, a otros hombres, perros, gatos o cualquier animal que se interponga en el camino.

Los perros que hay en las calles son producidos por el hombre, crean líneas genéticas que les haga particulares, mas bellos, raros, fuertes o fieros. Les sometemos bajo nuestra torpe influencia poniendo límites, normalmente de mala manera, para que dejen de ser "perros" y sean un autómata programado a nuestra conveniencia, olvidando el contrato de reciprocidad con el.

Exterminamos palomas, gatos, perros por nuestra propia desidia con ellos.

Pongan a un humano un collar, péguele, gritele cada vez que haga algo que no le guste. Dele de comer sus sobras (no la comida que ellos requieren) o ese pienso tan barato, todos los días. Encierrenlo y mantenerlo atado siempre. No devuelvan el cariño y más tarde, un día, déjenlo suelto.

Estoy de acuerdo en que no es agradable pisar las heces abandonadas en las calles donde hay dueños sueltos, irresponsables.
Ese mismo "dueño" ha generado mas basura, contaminado ríos y mares, polucionado el aire, pero no aparecen en la "foto" junto al perro fiero que puede morder.

Mientras otras personas irrumpen en nuestra sociedad y les permitimos que incumplan las normas establecidas, mientras sus hijos porten armas, drogas o sean unos gamberros redomados, vamos a poner límites a estos sucios animales, que estropean el mobiliario urbano que tenemos por doquier, obligarlos a estar en pequeños "guetos" y a mantenerlos bien sujetos y maltratados, no sea que nos demos cuenta que nuestra humanidad se refleja en esas heces que no se recogen.

"Yo quisiera ser civilizado como los animales". Roberto Carlos.