martes, 26 de enero de 2021

Buscando algo de luz



Dicen que los años aportan sabiduría aunque solo sea empírica, por los muchos errores y algún acierto que hayamos cometido.


La Historia debería ser un recurso donde aprender esa sabiduría acumulada por nuestros ancestros, pero la repetición de acontecimientos, me hace pensar que quizás la edad, no nos de sabiduría suficiente.


Puede ser que no vea con claridad los hechos recientes sobre esta pandemia en la que ola tras ola, siempre me ha parecido que la población menos concienciada con los demás y del problema en si, están mayoritariamente en una franja de edad que va desde la adolescencia, donde la carencia de conocimientos, experiencias y lóbulo frontal, es el caldo de cultivo para la estupidez, hasta los 30 años o más, en el que la imbecilidad ya no tiene tan fácil disculpa. 

Por suerte no son todos, ni todos lo son tan profundamente como los que vemos a diario en las noticias o en nuestro vecindario.


Los responsables de poner las normas de convivencia, parecen perdidos en la dicotomía entre salud y libertad. Con más de 80 mil muertos y más de 2,5 millones de infectados parece duro quitarles la libertad de salir, por los posibles traumas que puedan sufrir si se quedan en casa con, por ejemplo un libro.


La tormenta perfecta creada por un gobierno populista, dónde el qué dirán de sus votantes, trasciende el sentido común, la razón, el honor, la dignidad y toda esa línea  léxica, de facto carentes de valor,  convertidos ahora en lenguaje para fábulas o ciencia ficción, donde solo tienen sentido en un pasado incierto o en un  futuro, difícil de dibujar desde este presente.


Puede que limitar la expansión de la enfermedad a aquellos que más fácilmente la transmiten por el hecho de no percibirla e incluso negar su existencia, pudiera haber salvado a familiares y conocidos que tuvieron peor suerte.


Vivimos en la era del yo, mi, me, conmigo haciendo del resto de la sociedad  una molestia al ego y con esa palada de tierra, enterramos a los que murieron por conseguir libertades y derechos que tan fácilmente perdemos o mal entendemos hoy y que describen esos viejos, olvidados, libros de  historia.