lunes, 25 de marzo de 2013

España,una democracia anticonstitucional

Decir que España es un país libre y que su gobierno se basa en una democracia es mucho decir si observamos los acontecimientos y releemos la constitución.

A parte de el grave problema de la corrupción, vemos con alarma como la justicia da una apariencia, de esas que son la antesala de la demostración de lo que todo el mundo sabe, pero no puede denunciar, de una manipulación política en contra del interés ciudadano.

La guerra emprendida contra el Juez Garzón, y las incoherencias del juicio de el caso Bárcenas parecen apuntar a la manipulación del poder judicial más allá del beneficio de intereses partidistas, sino de ocultación de delitos.

en su artículo nº 1 de la Constitución Española de 1978 dice que la justicia defiende la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. 

¿Porque razón los gobiernos "promueven o colocan" a jueces afines a sus causa?
¿No debería ser un organismo absolutamente independiente?
¿No es esto contrario al principio de imparcialidad?

El caso Bárcenas está siendo controlado por el juez Pablo Ruz quien parece tirar balones fuera e intenta que no se le escape de las manos por las nuevas pruevas que el juez Javier Gómez Bermúdez tiene y que pretende investigar.
¿No está el principio de independencia y de contradicción en entredicho?

No es la crispación de los ciudadanos lo que causa el daño, son los políticos corruptos, las mentiras, los engaños, las manipulaciones quien lo hace.

El principio de inamovilidad contrasta con como se dilata el caso del juez Garzón

El principio de responsabilidad ¿Donde queda ante este agujero creado por unos pocos enriquecidos amoralmente e impunes mientras se exige con firmeza a los defraudados, al pueblo, que abandonen sus casas en beneficio de entidades por contratos absolutamente abusivos?.

Es Vox Populi que la justicia no es igual para todos y eso es muy peligroso, porque si no nos ayuda la justicia ¿Quien la hará?




lunes, 11 de marzo de 2013

La máscara

Como en un carnaval, la realidad se oculta tras una máscara

Creemos vivir en una democracia, pero está claro que no es al pueblo a quien se escucha, ni obedece.
Es una dictadura maquillada de democracia donde se permite votar a un restringido grupo que vela por mantener el control a salvo de ideas contrarias a sus egoístas maquinaciones.

Nos quejamos de la falta de valores en la sociedad en que vivimos y es que no tienen cabida en ella.

La manipulación e impunidad de la realeza y la clase política que se eleva sobre la justicia moral y la libertad de opinión y castiga a quienes osen a apuntar un dedo en su dirección.

Hacienda No somos todos ni es para todos. Las fortunas y los defraudadores acaudalados no son tratados por igual. Buscarán cualquier error voluntario o involuntario de las paupérrimas cuentas de los contribuyentes dejando pasar por el agujero de la aguja al camello.

¿Había que salvar a los bancos? Si el dinero no está en el bolsillo de las personas no puede gastarse, si no hay compras la producción  decae, se encarece y empiezan los despidos y se retroalimenta la crisis.

Esta es la sociedad de consumo impuesta. Grandes negocios que controlan sectores a nivel mundial, eliminando la diversidad y empeorando la sostenibilidad.

El sentido de vivir no es necesariamente consumir mas, ni perder la vida intentando tener suficiente dinero para poder tener todo aquello que nos roba la vida.
Tendremos muchas cosas que no se han tenido nunca, pero hemos perdido todo aquello que se tubo siempre.

Quizá, si viviéramos nuestras vidas en vez de verlas vivir en una pantalla, podríamos valorar la vida en si lo suficiente para que tenga sentido.

Quitarse la venda de los ojos y ver todo eso que no deseamos ver, pueda que sea el primer paso para que deje de existir.