domingo, 11 de diciembre de 2011

El neofeudalismo

Miro con asombro las noticias en las que los dirigentes no se preocupan ya demasiado por las apariencias. Los dirigentes globales que manejan el destino de 7.000 millones de personas empiezan a decidir por encima de la voluntad del pueblo, como siempre pero ahora de un modo más descarado.

El pueblo nunca ha tenido el poder, solo las opciones que le permiten tomar y el si y el no beneficia por igual a quienes gobiernan.

No son importantes los puestos de trabajo, ni los beneficios sociales, aún ni los importantes como la salud o la mismísima libertad. No importa el hambre, las penurias ni la muerte. Solo importa los beneficios, el capital.

Los beneficios siguen existiendo alimentado por el expolio del la clase obrera. Empresas que mueven el 60 % de la producción mundial de las que menos de una cincuentena mueve el 80%, todas ellas ligadas entre si en una telaraña de acciones que unen unas a otras.

Hay unos pocos que oprimen a muchos.

Una sociedad nueva hecha entre todos, para la mayoría, reduciría ambos lados del espectro, los más ricos y los más pobres. 
No creo que sean los mas pobres los que pongan inconvenientes.

Somos los vasallos de los nuevos señores donde el derecho de pernada ahora se llama hipoteca.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Jaque al ajedrez

Vivimos en un mundo competitivo, depredador y totalmente estúpido.
Quienes manejan el mundo, unos pocos, lo saben y no compiten entre ellos, se asocian.

La competitividad es solo un arma mas, para oprimir, para obligarle a sacar el máximo que suele ir junto con lo peor de nosotros.

Competimos contra todo, por tener el mejor puesto, a cualquier coste que pagará otros semejante.
En lugar de pensar que podemos llegar a la meta juntos, sin tener que pisar a nadie ni quitarle el pan de la boca.

Suele ensalzarse el ajedrez como algo muy racional. El juego transcurre en un campo de batalla y se trata de vencer, derrotar al adversario.
Sáquele mejor partido al cerebro que auto satisfacerse venciendo a otro. Nada puede superar a vencerse a uno mismo.

Han trascurrido miles de años y no hemos aprendido que en ninguna guerra hay vencedores. Solo muertes y penurias.

Lo mejor de la guerra es... que no suceda nunca mas.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Cuentos para no dormir

Era se una vez un hormiguero muy organizado. Se trataban de hormigas especiales, únicas en su género. Tenían una forma social diferente, no existía solo una reina sino toda una corte a los que todos servían... desde lo más humilde.

Hay muchas historias sobre ese hormiguero, pero esta historia trata de una de esas laboriosas hormiguitas que se pasan todo el día acarreando comida, muchísima, mucho más de la que ella comerá nunca.

Un día, la sección de obreras se dio cuenta que aquella pequeña hormiga había estado aportando mucho más de la media, pero se dieron cuenta como pasa siempre, cuando faltó.

Aquel trabajo agotador pasó factura, aunque no tanta como lo que supuso el olvido a la que fue sometida.

Pasó mucho tiempo hasta que pudo empezar a valerse de nuevo
-No deberías regresar tan pronto, aún estás débil
-Ya puedo, ya.

Se sentía culpable por no haber podido trabajar durante todo ese tiempo, Se decía que no podía seguir así

Sin llegar a comprender lo que pasaba fue a ver a su capataz, una hormiga joven y arrogante que ni le miró sus antenas ¿Porqué lo iba a hacer si no le importó durante todo el tiempo que estuvo enferma?
_Otra hormiga está haciendo tu trabajo ¿Quien crees que va a querer trabajar con una hormiga caduca?
-¡Pero yo he...
_¡No importa! Vete. Ya veré si puedo hacer algo. No me molestes más.

No se percató de que arrastraba sus patas al salir. Ya le había olvidado...
¿A alguien le importa lo que le suceda a una hormiga?

Cualquier parecido con la realidad, no es casualidad.

Todos tenemos alguien cercano que le ha pasado

Yo también.