La referencia "Humanos V.2.0" es la de una humanidad racional.
Una educación homogénea y eficaz, dirigida a personas y no a sexos, en un entorno de igualdad y con sólidos valores, donde prevalezca el sentido de colaboración sobre el de competición, priorizando la enseñanza de cosas esenciales, como ayudar a conocerse, ubicarse en este mundo e interactuar.
Nuestra educación debería incluir cosas tan imprescindibles para todos como el funcionamiento de nuestro organismo, el significado de una relación de pareja, como se debe interactuar... viviríamos una relación con más posibilidades que entrar a ciegas a una relación o guiados por un instinto equívoco.
Creo firmemente que una educación realmente competente es una solución a muchas de las cosas que pasan en este mundo.
No está entre mis intenciones la de explicar la irracionalidad sino erradicarla en la medida posible.
No cabe racionalizar lo irracional pero si hablamos de lo que se debe o no hacer en este campo la cosa cambia
Cualquier cambio nos afecta en mayor o menor grado en nuestras vidas.
Para un menor que adolece de experiencias y conocimientos es de suponer que siempre será traumático aunque menos que seguir viviendo en un hogar roto y hostil.
La decisión de una separación solo puede tomarla una o las dos personas que forman la pareja.
¿Que pueden hacer los hijos en esta situación? Nada.
La disolución de la pareja no finaliza la función de padres por lo que los hijos siguen teniendo a ambos progenitores, eso si, sufren emocionalmente, pero no les incumbe la relación de pareja.
Cuando una de las dos partes interviene utilizando al menor como moneda de cambio o simplemente como venganza, se daña tanto o más al menor que a la ex-pareja.
La jurisprudencia no entiende de sentimientos, solo puede actuar en situaciones estipuladas y es difícil que puedan pormenorizar en cada caso de manera particular. No es la justicia quien se deba asumir la solución de este problemas sino la educación que inhiba estas situaciones.
Con el tiempo, los hijos al madurar, podrán valorar por si mismos y verán las cosas como son.
Puede que esto sea una forma de cerrar o mas bien asumir el hecho, pero eso no cambiará la gran pérdida que supone la injerencia en su vida.
¿Que sienten los hijos? Creo que esa experiencia la debe contar quien la padece, aunque no es este blog el lugar adecuado.
¿Que pueden hacer los hijos en esta situación? Nada.
La disolución de la pareja no finaliza la función de padres por lo que los hijos siguen teniendo a ambos progenitores, eso si, sufren emocionalmente, pero no les incumbe la relación de pareja.
Cuando una de las dos partes interviene utilizando al menor como moneda de cambio o simplemente como venganza, se daña tanto o más al menor que a la ex-pareja.
La jurisprudencia no entiende de sentimientos, solo puede actuar en situaciones estipuladas y es difícil que puedan pormenorizar en cada caso de manera particular. No es la justicia quien se deba asumir la solución de este problemas sino la educación que inhiba estas situaciones.
Con el tiempo, los hijos al madurar, podrán valorar por si mismos y verán las cosas como son.
Puede que esto sea una forma de cerrar o mas bien asumir el hecho, pero eso no cambiará la gran pérdida que supone la injerencia en su vida.
¿Que sienten los hijos? Creo que esa experiencia la debe contar quien la padece, aunque no es este blog el lugar adecuado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario