En principio, es lógico pensar que el trabajo tenga su justa recompensa y así debe ser, pero quizá no se obtiene de una manera adecuada.
La gran mayoría de personas trabajan a cambio de una cantidad por un trabajo determinado, no siempre equitativo, pero si aceptado. ¿que debe pensar un minero, un pescador, un bombero de que el trabajo invertido en una composición musical perciba ganancias, muchas veces multimillonarias, durante 75 años (o más)
Es innegable que escribir un buen libro cuesta bastante más. Precisa de unos conocimientos previos, una documentación, e invertir un tiempo en el desarrollo de la imaginación. El beneficio para la sociedad es clara, pero sigue el mismo modelo que el de la música, cobrando el resto de la vida por el trabajo de un tiempo determinado. ¿No es esto comparable al trabajo de un cirujano que salva vidas? Sin embargo a este no se le paga por el tiempo que sigue viviendo el paciente, sino que percibe una cantidad valorada por ello.
Para la canción, el emolumento más claro es el percibido en las actuaciones en directo. ¿Las grabaciones no deberían ser gratuitas para que todos quienes las aprecian fuesen a los conciertos y de esta forma contribuir con la sociedad en la transmisión de la cultura general?
Evidentemente los escritores no disponen de una solución tan fácil, pero seguro que existen alternativas más justas que impedir un legado cultural a los menos afortunados.
Las patentes quieren asegurar que el trabajo realizado durante un tiempo ( muchas veces gracias al error o la casualidad) no sea utilizado por otros sin beneficiarse.
La mayoría de los trabajos es justamente lo contrario, usar nuestra labor en beneficio de terceros.
¿No son acaso las patentes un problema para el avance tecnológico o una infamia contra la humanidad en casos como los medicamentos?
Puede ser que la propiedad intelectual y las patentes tengan el apoyo legal, aunque bajo la sospecha de acuerdos sórdidos para ello y cierta lógica de compensación. pero ¿Es esta forma de compensación moral?
Comparada cualquier gran corporación con cualquier fabricante "tradicional", la diferencia es tan abismal que a mi, particularmente, me suenan todas las alarmas.
¿Y a usted?
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